miércoles, 28 de noviembre de 2012

No al aumento de jornada

A más jornada laboral, menos puestos de trabajo y más paro, parece lógico. Por eso me niego a cumplir el incremento horario que se nos ha impuesto en el sector público. Me da igual que me aumenten un ratito todos los días, que 3 horas algunas tardes, no me niego porque empeoren mis condiciones laborales sino porque aminoran los puestos de trabajo y contribuyen al aumento del paro. Llevo tiempo solicitando y accediendo a permisos sin sueldo por motivos de conciencia uno de cada cinco meses para que trabaje otra persona en mi lugar, para repartir el trabajo. Por las mismas razones, me he negado a incrementar el horario, decisión que me conlleva problemas con mi jefatura y la amenaza de apertura de un expediente sancionador. Ante tal riesgo, buscaré apoyo en el ámbito sindical, social y jurídico para hacer valer el derecho a anteponer el bien colectivo a las políticas economicistas, con la objeción de conciencia.

Llevan 5 años mintiéndonos o, peor, llevamos 5 años dejándonos engañar. Cinco años en los que el paro sigue creciendo, pese a las promesas, y seguirá haciéndolo. Es el mayor daño social y no veo otra posibilidad de atajarlo más que repartiendo el trabajo, reduciendo el horario de la personas en activo y, por supuesto, no dejando que nos lo aumenten. Es lo que vengo haciendo y es por lo que me niego a cumplir el aumento de jornada.

Animaría a todas las personas que trabajamos en la Administración a negarnos por estas razones al incremento horario y a emprender formas de reducir nuestro horario y a exigir su traducción en puestos de trabajo. También animaría a los sindicatos a impulsar negociaciones sobre reducciones significativas de jornada, forzando que se incrementase en la misma medida la OPE.

Por último, la Administración debiera facilitar e incentivar formas de reducción de jornada a cambio de creación de empleo. Estoy convencido de que, lejos de disminuir, el paro seguirá incrementándose y afectándonos en entornos más próximos, si no optamos por fórmulas de reparto. Creo que somos las personas que trabajamos en la Administración Pública las que estamos en mejor posición para iniciar este camino. Esa Administración Pública debiera estar interesada y favorecer toda forma de reparto de empleo, en lugar de mimetizar las asquerosas formas de gestión de la empresa privada.

Txema Berro