sábado, 21 de diciembre de 2013

DESTRUCCIÓN DE EMPLEO EN OSASUNBIDEA. POR EL REPARTO.


















Trabajo en el Centro de Salud de San Jorge. Por estas fechas, se cumple un año de mi negativa a cumplir con el incremento horario que me imponía Osasunbidea para el segundo semestre de 2012, siguiendo lo indicado para toda la Administración Foral. Ello me supuso la apertura de un expediente disciplinario y la calificación de mi actuación como falta grave. Hoy es el día que estoy esperando la respuesta a mi último recurso, en el que defendía mi derecho a actuar en función del dictado de mi conciencia, preocupándome más el no colaborar con la destrucción de empleo que el obedecer a una injusta orden.

En 1012 se ha reducido la plantilla de Osasunbidea en un 5% respecto a 2011, a costa exclusivamente del personal temporal (6144 meses de contratos eventuales menos). Según calculan los sindicatos CGT y Solidari en Osasunbidea, de estos 500 puestos de trabajo que han desaparecido, teniendo en cuenta que el absentismo se ha reducido significativamente (lo que requiere un análisis al margen de estas líneas), se puede decir que el equivalente a algo más de 350 puestos de trabajo a jornada completa han pasado a mejor vida como consecuencia de aplicar esta medida de aumentar la jornada, junto a otras grandes ideas como eliminar sustituciones y otro tipo de contrataciones. La magnitud de la destrucción de empleo es colosal, un verdadero ERE encubierto, sin expedir ni una sola carta de despido, sin darse un conflicto colectivo, a pesar de que las personas afectadas serían muchas más de 350 ya que hay quien trabaja el año completo pero hay quien trabaja 8 meses, 6, 4 ó 2. Si no se ha dado este conflicto laboral es porque las personas contratadas no conforman un colectivo homogéneo ya que van siendo afectadas en distintos tiempos, individualmente y de forma soterrada, accediendo a menos contratos, más cortos,... Decir que en esta contabilidad no entran todavía las pérdidas de empleo derivadas de la privatización de cocinas, que se dio a inicios de este año. Por lo tanto, se prevé otro nefasto balance para 2013.

Actualmente, el Gobierno de Navarra, tal vez tratando de enmendar el nefasto efecto que sus medidas han tenido en el desempleo, plantea algunas medidas de pseudorreparto, favoreciendo la creación de algunos contratos temporales de unos meses en base exclusivamente a la voluntad de la plantilla a repartir, curiosa manera de entender el reparto del trabajo. Yo defiendo que el reparto es cosa de todas las personas pero de forma proporcional a lo que se tiene para repartir. Por ello, desde hace tres años vengo reduciendo voluntariamente mi jornada, a la vez que exijo y trato de fomentar que se den iniciativas de reparto desde instancias políticas, sindicales y sociales.

Con este ánimo participo sindicalmente y socialmente en iniciativas como Banatu, buscando la forma de incidir en distintos ámbitos en lo que creo es fundamental ahora mismo, el reparto de los trabajos. Más que una alternativa, creo que es nuestra única salida, una salida digna, alejada tanto de escenarios de bonanzas desarrollistas como de paro y exclusión. Se trata de una forma de entender la vida más austera, más igualitaria y más solidaria, para cuyo logro tendremos que pelear.

No podemos aceptar que mientras nos obligan a repartir migajas, liquiden silenciosamente 350 empleos en Osasunbidea. Esa no aceptación comienza en cada cual, siendo la desobediencia una opción más que justificada, pero no la única. Interioricemos y exijamos la defensa del empleo en la Administración así como medidas de reparto real. No dejemos que sus trucos y ocultaciones funcionen, pongámosles en evidencia: destruyen el empleo y reparten las migajas.

Txema Berro 

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